1. El banco que selecciones debe estar protegido por el FDIC. Los clientes de una institución miembro del Federal Deposit Insurance Corporation o FDIC tienen la tranquilidad que no perderán el dinero si el banco declara insolvencia o bancarrota. Los depositantes recuperan hasta $250.000 por cuenta por titular.
2. Puedes elegir un banco o una Cooperativa de Ahorros (Credit Union). Los bancos pueden ser regionales, locales o nacionales y ser miembros del FDIC, pero se administran según el tamaño de la corporación, y como otra empresa, busca generar ganancias que repartir entre los accionistas. Las Cooperativas de Ahorro y Crédito (préstamos) o Credit Union son asociaciones en las que sus miembros son los dueños y los clientes. Las Cooperativas también tienen un seguro homólogo al FDIC,
es la National Credit Union Share Insurance Fund (NCUSIF) y también cubre hasta $250.000 por cuenta por titular.
3. Debes definir quién es el titular de la cuenta. El nombre en las cuentas bancarias determina de quién es el dinero y la responsabilidad fiscal (pago de impuestos). Cuando se necesita que alguien administre una cuenta, pero no es dueño del dinero; entonces se designa a esa persona con un poder de representación (administración) revocable o Revocable Power of Attorney. Un POA podrá manejar la cuenta pero como no es dueño del dinero, administrarla no afectará sus impuestos.
4. Necesitas establecer los beneficiarios de las cuentas en caso de muerte. Considera quién manejará tus cuentas y de quién será el dinero si falleces. Una cuenta individual no podrá movilizarse hasta que un juez decida. Si hay dos titulares conjuntos, el sobreviviente la puede manejar, pero no siempre todo el dinero puede ser de su propiedad. Eso lo estableces cuando abres la cuenta, usando una notificación de «Beneficiario en caso de fallecimiento» POD (Pay On Death).
5. Selecciona el tipo de cuenta que se ajuste a tu necesidad actual. Los tipos de cuentas y cuánto cobra un banco por dar servicios varían de banco en banco, de estado en estado y debes elegir la que te va mejor.
6. Compara los servicios entre un banco cercano a ti y uno virtual. Si eres de los que ya ni pisas el banco, la cercanía es menos importante para ti.
Una ventaja de los bancos virtuales: suelen cobrar menores cargos y dar mejores intereses. Pero si te manejas con efectivo, te será más cómodo acceder a cajeros o sucursales (evitas recargos) y el banco debería tener abundantes de ambas.
7. No subestimes los cargos por servicios. Cerciórate de que entiendes bien cuándo y cuánto cobran por cada servicio pues es fácil que luego te sorprendas si te cobran por enviarte chequeras nuevas o si bajas el saldo del mínimo requerido.
8. No olvides activar un mecanismo de protección de sobregiros. Un error que sobregire la cuenta te generará un recargo ($35 a $40) por cada transacción. Sin la protección del sobregiro Overdraft Protection, cobrarán la multa y puede que no hagan honor al cheque sobregirado.
Otros, cobrarán la multa y pagarán el cheque. Pero si acuerdas que en esos casos transfieran dinero de otra cuenta (ahorros o de crédito), evitarás la multa y se cumplirán los pagos.
9. No desaproveches los servicios gratuitos, especialmente domiciliar ingresos y pagos. Del mismo modo, averigua qué servicios puedes usar GRATIS, como acceso Internet (Internet Banking), pagos o transfe- rencias online, o que puedas domiciliar los pagos recurrentes: la hipoteca, etc.