Uso excesivo e incontrolable de Internet que interfiere negativamente con la vida diaria de la persona afectada o de sus allegados. Las actividades más problemáticas, adictivas o que pueden producir comportamientos más compulsivos online son las que tienen que ver con el sexo, las compras y el juego (remunerado o no). Los problemas que pueden acarrear (y que se pueden emplear para detectar el problema) incluyen repercusiones de tipo social y personal: problemas conyugales, pérdida de empleo o deterioro del rendimiento escolar, problemas alimenticios, ansiedad, empleo como vía de escape de la realidad, depresión, aislamiento personal, déficit de atención, escaso control de las pulsiones, pérdida de habilidades sociales, pérdida del sentido del tiempo, síndrome de abstinencia, necesidad de dosis cada vez mayores, etc.
Durante siglos la gente se ha encontrado dependiente psicológica o físicamente a muchos comportamientos y sustancias. Esto no se debe a un mero interés, sino que ce a un mero interés, sino que consiste en un patrón de uso que puede llevar a un eventual impacto negativo en el funcionamiento, afectando al matrimonio, relaciones, trabajo, economía e incluso al estatus legal.
Uno de los aspectos problemáticos es: ¿a qué se hacen adictos los adictos a Internet? ¿Es al contenido al que acceden o es al Internet en sí? Respecto a esto Pratarelli y cols. (1999), utilizan el término de adicción al ordenador/Internet, y la definen como un fenómeno o desorden putativo que depende tanto del medio como del mensaje, sin inclinarse a favor de ninguno.
Para afrontar su adicción, es importante planificar las horas al día en las que se va a navegar; además, es crucial marcarse objetivos al día, a modo de guía, con las cosas importantes que no se deben aplazar e ignorar, lo cual permitirá disminuir los efectos de dicha adicción.
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