La Fiscalía de Düsseldorf ha informado este viernes de que Andreas Lubitz, de 27 años, el copiloto de Germanwings que supuestamente estrelló de forma voluntaria el avión, «ocultó» a su compañía aérea y a sus compañeros que estaba en tratamiento, aunque no ha especificado para qué enfermedad. El registro del piso que el joven tenía en Düsseldorf ha sido fundamental. Los policías no encontraron ahí ni una carta de despedida ni material político o religioso que pudiera sugerir un móvil terrorista. Sí se han hallado documentos médicos que desvelan que estaba en tratamiento y que incluso tenía un parte de baja para el día del accidente, el pasado martes. La aerolínea alemana Germanwings ha emitido este viernes un comunicado en el que asegura que no recibió ningún parte de baja que impidiese trabajar a Lubitz.

El comunicado de la fiscalía no menciona una posible enfermedad mental, como señala este viernes el diario alemán Der Spiegel, e indica que aún se tardará algunos días en analizar la información encontrada en los registros. Cuando la fiscalía obtenga pruebas concluyentes, tras evaluar la documentación y los testimonios recabados, informará de nuevo a las familias de las víctimas y a la opinión pública.

Medios alemanes han informado de un posible tratamiento a Andreas Lubitz en el Hospital Clínico Universitario de Düsseldorf. Según un comunicado del centro médico, el copiloto se presentó a una consulta el pasado febrero y también el 10 de marzo para una «clarificación» de un diagnóstico. El hospital subraya que las informaciones que apuntan a que fue tratado de una depresión no se ajustan a la realidad. El hospital, que no dará detalles sobre la dolencia o el tratamiento de Lubitz por el «secreto médico», ha remitido la información a la Fiscalía de Düsseldorf.

El director del hospital, Klaus Höffken, ha expresado su «consternación y horror» por lo sucedido y ha prometido que el centro «apoyará sin reservas» la investigación que está llevando a cabo la fiscalía.