P- Tía Lechis ¿a poco está mal jugar una apostadita de vez en cuando? Pues, es que yo seguido tengo suerte. Se me hace que todos exageran. Mire, le cuento, la cosa está así: Lo que pasa es que cada vez que se puede yo apuesto a algo. Ya ve que se acabó el Mundial, pues ahí le entré duro a la apuesta; nada más que ahí sí estuvo duro porque o jugaban remal o de repente ganaba el que menos se esperaba. Me fue más o menos. Yo sé que hasta hay gente profesional haciendo eso de las apuestas y yo, pues sí, cada semanita tengo por ahí una apuesta pero nada más, pero qué le voy a hacer si salí bueno para eso, tengo suerte. Aunque no le voy a mentir, ya va una buena lana que pierdo, pero sigo teniendo el gusanito de vender mi coche y si con ese billete la suerte está de mi lado ¡ya la hice! Y de veras que ahí le paro. Eso no es ser vicioso ¿o si? va una buena lana que pierdo, pero sigo teniendo el gusanito de vender mi coche y si con ese billete la suerte está de mi lado ¡ya la hice! Y de veras que ahí le paro. Esto no es ser vicioso ¿o si?

C-Mi querido apostador, te podría decir que lo que fácil llega, fácil se va. La verdad es que aunque a todos alguna vez nos ha tentado eso de apostar, y que mientras para algunos es sólo diversión aún si pierden no pierden la sonrisa, pero para otros las apuestas han llegado a convertirse en su perdición. Uno apuesta porque uno cree que va a ganar y a veces, como bien dijiste, parece que la suerte está de nuestro lado y ganamos y ganamos y ganamos, eso nos crea un espejismo de que siempre va a ser así, y no le vemos el fin.

¡Si tu crees que estás en control, ya perdiste! Lo difícil es reconocerlo para poder parar. Los que ya no pueden vivir sin las apuestas y su vida es un desastre por tanto dinero que deben, olvidando hasta sus sueños y promesas, no les queda más que tomar terapia porque ya son ADICTOS.

LA RECETA
Lentejas y galletas de la buena suerte
Decían los antiguos que unas buenas lentejas para la buena suerte.

Pongan a cocer las lentejas
(1 taza), agreguen cebolla, un poco de ajo, sal y pimienta, en esta ocasión pónganles tocino dorado y ¡hasta dos platos van a querer!

¿Algo así te pasa a ti?
Cuéntame o pregunta cómo le hace La Tía Lechis. Escríbeme a: latia@miniondas.com