La muerte de cuatro personas presuntamente a causa de las mordeduras de perros cimarrones en un parque de la Ciudad de México ha encendido un debate sobre la relación de amor/odio de la urbe con su población canina callejera, y sobre la culpabilidad o inocencia de los canes.
Diversos vecinos del Cerro de la Estrella, un monte parcialmente arbolado en el populoso y empobrecido distrito de Iztapalapa, encontraron primero los cadáveres de una mujer de 26 años y de un infante de 1 año en la zona el 29 de diciembre, de acuerdo con las autoridades de la Ciudad de México.
Algunos visitantes del parque hallaron el viernes los cadáveres de una pareja de adolescentes que también perdieron la vida por hemorragia.
Los expertos han establecido que, por la gravedad de las heridas, al menos 10 perros participaron en cada ataque, dijeron las autoridades capitalinas en un comunicado.
En el segundo ataque, Alejandra Ruiz, de 15 años, y su novio, Samuel Martínez, de 16, habían ido al parque la tarde del viernes.