Ha sucedido, y ha sido histórico. Una nueva forma de hacer música (igual que una forma de comunicar o de hacer cine) se ha hecho hueco y ha destronado a las grandes discográficas… Pero por primera vez, unos galardones lo han reconocido. Y es que en estos Premios Grammy 2020 la cantante Billie Eilish se lo ha llevado todo.

La pareja que conforman la cantante adolescente y su hermano, el productor Finneas O’Connell, se han convertido en los artistas de mayor impacto de la industria musical. Y todo, haciendo música, literalmente, desde su casa. Billie Eilish se ha llevado el premio al mejor nuevo artista de la industria de la música en Estados Unidos, Bad Guy es la canción del año y la grabación del año, el disco When we all fall asleep, wher do we go? es el mejor álbum de pop vocal contemporáneo y, además, es el mejor álbum del año. Cinco de cinco. Nadie lo había conseguido hasta desde hacía 40 años. «Hacemos música juntos en nuestro dormitorio», dijo Finneas O’Connell en el escenario, al que subió para recoger el premio de productor del año. «Y seguimos haciéndolo. Esto es para todos los chavales que hacen música en su dormitorio. Vais a ganar uno de estos», prometió mientras el público prorrumpía en aplausos.

Y es que esta forma de hacer música, componiendo y grabando en casa y dándola a conocer a través de las redes sociales, ha supuesto el acceso a la industria de grandes artistas actuales, que han visto después cómo las discográficas llamaban a sus puertas. Rosalía, otra de las ganadoras de la noche -destacada aquí por motivos diferentes-, tenía un sueño: componer el disco de su vida, que llevaba forjándose en su interior desde que descubrió a Camarón de la Isla. Y El Guincho y ella lo grabaron en un garaje.