P- Tía te cuento, yo llegué a éste país aún siendo niña, pero no tuve chance de estudiar hasta la universidad pero mi hermano que nació aquí sí puede, pero como que no’más no ata ni desata. Yo le digo que es privilegiado y que tiene que echarle ganas, que tiene todo a su favor. Yo les digo mucho a mis papás que no lo dejen solo, si no se puede echar a perder. ¿Tía, verdad que no estoy loca?, ¿Qué hago?
C- ¡Uf, mi preocupada y no loca joven! Qué tema. Realmente me estás contando el caso de muchos chicos latinos que habitan en este país. Te voy a decir algo que un sabio doctor me decía, les hace falta información y de calidad. Cuando nadie te hace saber que eres parte de un suceso que marca la historia de una generación y de una nación, puedes perder la oportunidad de tener conciencia y entender que eres alguien afortunado; que tienes una mesa puesta de oportunidades que sólo tienes que tomar y llegar a puntos que quizá tus papás jamás soñaron. ¿Algo así te pasa a ti?