Servicios Miniondas/FarándulaUSA
Enrique Márquez, amigo de Syed Farook, imputado con cargos de terrorismo
Enrique Márquez, la persona que compró los rifles de asalto utilizados en la matanza terrorista de San Bernardino, ha sido acusado este jueves formalmente de delitos de cooperación terrorista. Márquez, de 24 años, es una pieza clave de la investigación para desentrañar cómo una pareja de musulmanes de clase media del sur de California llegaron a matar a 14 personas en nombre de ISIS. El ahora detenido, lleva más de una semana cooperando con el FBI en la investigación y ha aportado detalles sobre atentados que planeaba con Syed Farook desde 2011.
Las autoridades federales imputaron a Enrique Márquez varios cargos relacionados al terrorismo; afirman que compró las armas de fuego involucradas en el tiroteo masivo del 2 de diciembre en el Centro Regional Inland en San Bernardino, California. Las autoridades sostienen que Márquez es vecino y amigo del sospechoso del tiroteo Syed Rizwan Farook, y que los dos presuntamente mantuvieron conversaciones sobre ideas islámicas radicales.
La fiscal de Estados Unidos Eileen Decker dijo en un comunicado: “Si bien actualmente no hay evidencia de que el señor Márquez haya participado en el ataque del 2 de diciembre o tuviera conocimiento previo del mismo, su compra previa de las armas de fuego y el no haber advertido en ningún momento a las autoridades acerca de la intención de Farook de cometer la masacre, tuvo consecuencias fatales”.
Los cargos se producen un día después de que el director del FBI James Comey dijera que no quedó evidencia de que ninguno de los sospechosos en el tiroteo de San Bernardino tuviera algún contacto directo con organizaciones terroristas. Comey también dijo que la sospechosa Tashfeen Malik no juró lealtad al autodenominado Estado Islámico (ISIS) en las redes sociales, a diferencia de generalizados informes previos que citaban a funcionarios del gobierno no identificados.
Nuevos datos que se saben sobre la masacre por las declaraciones de Enrique Márquez
Syed Farook llevaba al menos cinco años planeando un atentado así. Tuvo en mente objetivos como los conductores de una autopista, o los estudiantes de su universidad. Finalmente, lo hizo contra sus compañeros de trabajo de los servicios de salud de San Bernardino, California, el pasado 2 de diciembre, durante una fiesta de Navidad. Mientras Estados Unidos buscaba respuestas, un hombre de 24 años llamado Enrique Márquez, que trabaja en un Walmart cercano, las tenía casi todas.
Al día siguiente de la masacre Márquez llamó al teléfono de emergencias 911. Dijo que se quería suicidar.
– ¿Qué ocurre? ¿Por qué te quieres suicidar?
– No sé. Mi vecino. Es el tirador de San Bernardino.
– ¿Tu vecino estaba en el tiroteo de San Bernardino? ¿Murió o era el tirador?
– Era el tirador.
– ¿El tirador?
– El ha utilizado mi arma.
Entre el 6 de diciembre y el pasado jueves, agentes del FBI fueron a interrogarlo a diario. El jueves de esta semana fue detenido y puesto a disposición judicial. Durante los diez días de interrogatorios, Márquez ha tenido derecho a permanecer callado para no autoincriminarse. También ha tenido derecho a que hubiera un abogado presente en su declaración. Cada día, los agentes que iban a visitarlo le recordaban estos derechos y cada día renunció a ellos.
Se le imputan cargos de conspiración para facilitar armas a terroristas, mentir en la compra de las armas y participar en un matrimonio de conveniencia. Las penas máximas sumarían 35 años. Tras comparecer ante un juez federal de Riverside fue enviado a prisión sin fianza.
Fuente: Democracy Now!
Foto: Sheriff San Bernardino