Cómo me puedo motivar  a mí mismo?
En ocasiones necesitamos algo más para motivarnos a hacer proyectos más demandantes que sólo los del día a día. Nuestra naturaleza nos lleva a buscar diferentes formas de hacer de las cosas. En el mejor de los casos, nos volvemos exploradores de técnicas de acción, es decir andamos buscando la cuadratura al círculo o dicho de otra manera, buscamos la manera de hacer las cosas que nos funcionen según nuestra personalidad, nuestros gustos, nuestras fortalezas y bueno hasta nuestras debilidades. En ocasiones lo logramos y lo hacemos de una forma magistral, pero en otras…desastre total. En algún punto de la vida tenemos que aceptar que transitar en ella significa empezar una y otra vez, intentar una y otra vez, planear una y otra, y en ocasiones hasta replantearnos todo por completo. Pero ¿Qué hay de la motivación? Es decir, del motor que nos impulsa a continuar.

Tenemos que buscar la motivación en el lugar correcto, ¿Pero dónde? Empecemos por afuera de nosotros mismos, es decir en el mundo que nos rodea para ver de qué forma sus estímulos nos afectan cada uno de nuestros sentidos; esto es la Motivación Externa. Recordemos que es a través de nuestros sentidos que procesamos la información para crear respuestas, que se traducen en nuestras emociones, pensamientos, estados de ánimo, posturas ante los hechos que vivimos y nuestra forma de vivir nuestras relaciones. Hay un aspecto tan sencillo que nos afecta y por lo mismo es posible que lo pasemos por alto, lo que vemos y escuchamos cotidianamente. El desorden en nuestras habitaciones, nuestras casas y entorno que nos rodea, sumado a ruidos o música estridente y la contaminación visual, se traduce en turbulencia mental. Las personas también cuentan y muchas veces aportan de forma negativa, ya sea con sus interrupciones o con sus comentarios negativos. La buena noticia acerca de esto es que todos estos factores es que son controlables. Necesitamos ser concientes de esto para poder regular este aspecto externo para encontrar el punto de equilibro donde la motivación externa siga siendo favorable.

Otro importante aspecto es no olvidar porque estamos haciendo lo que estamos haciendo, porque estamos justo en este punto. Es decir continuar con la imagen mental con la que iniciamos, de nuestra meta alcanzada, la visión clara que hizo que iniciáramos toda esta empresa. Recordar que nuestros sueños son algo concreto, tangible y alcanzable para que sigamos extrayendo de nuestro interior la fuerza que necesitamos, no sólo para concretar esta meta sino las que siguen.