El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes que duran toda la vida. Una de cada 14 personas en los Estados Unidos tiene asma, una enfermedad que afecta los pulmones y provoca episodios repetidos de sibilancias, dificultad para respirar, presión en el pecho y tos.
Aunque el asma no se puede curar, se puede manejar eficazmente para reducir y prevenir los ataques, también conocidos como episodios de asma. Para manejar eficazmente el asma se deben reconocer los signos de advertencia de un ataque de asma, evitar las cosas que lo pueden desencadenar y seguir las recomendaciones del proveedor de atención médica, entre otras cosas.
Si pone en práctica los conocimientos que tiene sobre el manejo del asma, puede tener control sobre esta enfermedad crónica. Cuando usted controla su asma puede respirar con más facilidad, ser tan activo como lo desee, dormir bien, mantenerse fuera del hospital, y librarse de la tos y las sibilancias. Para obtener más información sobre cómo puede controlar el asma, visite el sitio web de los CDC sobre el asma.*
El asma afecta a personas de todas las edades y con distintos antecedentes
En la mayoría de los casos, no sabemos qué causa el asma y no sabemos cómo curarla. Ciertos factores pueden hacer que una persona tenga más probabilidades de tener asma que otra. Por ejemplo, si un miembro de su familia tiene asma, usted tiene más probabilidades de tener esta enfermedad. Para ayudar a su proveedor de atención médica a hacer un diagnóstico adecuado, hágase chequeos físicos periódicos que incluyan pruebas de funcionamiento de los pulmones y de detección de alergias.
Con la ayuda de su proveedor de atención médica, puede crear su propio plan para manejar el asma, y así saber qué hacer según los síntomas que usted tenga.
Use los medicamentos que le recetaron para el asma según las indicaciones y esté atento a los desencadenantes comunes en el ambiente que se sabe que causan síntomas de asma, como las mascotas, los ácaros del polvo, el polen y el humo de cigarrillo (incluido el humo de segunda mano y el de tercera mano, o sea, la contaminación que queda en las superficies después de que se ha disipado el humo del ambiente). Limite o evite la exposición a estos y a otros desencadenantes cada vez que sea posible.
Lo importante es recordar que usted puede controlar el asma.