Hasta aquí en este país vine a saber qué es la depresión, eso fue lo que me dijeron que tengo, ¿qué me dices tu tía Lechis, no le encuentro por dónde.
Mi querido sobrino, de entrada, te comprendo es una situación que no es fácil atacar, sobre todo al principio. No es nueva, sin embargo en estos últimos tiempos se ha intensificado gracias al estilo de vida que llevamos la mayoría: trabajo, presiones, sueños sin cumplir, problemas, poco descanso, poca diversión sana y falta de amor, verdadero amor.
Lo difícil es encontrar un punto de equilibrio entre todo esto. Queremos vivir bien y el pago que hemos venido dando ha sido nosotros mismos, nos hemos dado como tributo. Al final lo que obtenemos no nos deja satisfechos y eso genera desilusión, frustración, confusión, nada parece estar claro y el piso es como de arenas movedizas, de ahí viene el auto rechazo y con facilidad caemos en depresión. Pero si hay un camino de ida hay uno de regreso. Antes que nada necesitamos aceptarnos real y profundamente, en la medida que lo logremos esa autentica conexión lo demás poco a poco va tomando orden.

LA RECETA

No estás deprimido, estás distraído

Distraído de la vida que te puebla, tienes corazón, cerebro alma y espíritu, entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado. Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas y ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano, cuando en el mundo hay 5600 millones…

Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está bendito y condena al éxito, que deberá llegar cuando deba. Lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación, ni por compromiso, sino por AMOR. Entonces, habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible, sin esfuerzos, porque te mueve la fuerza natural de la vida. La que me levantó, cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija. La que me mantuvo vivo, cuando los médicos me diagnosticaban, 3 o 4 meses de vida…

¡El Amor no es un sentimiento…es una actitud!