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Se comunicaron con un narco local firmando una manta pública, «no creemos en el mal gobierno», escribieron
Los familiares de los 43 estudiantes víctimas del ‘caso Iguala’ no creen la versión gubernamental de los hechos (que fueron asesinados y calcinados por narcos que los confundieron con delincuentes rivales) y han llegado al punto de desesperación de pedir ayuda públicamente a un narco local para que averigüe detalles de lo sucedido.
Colgaron su mensaje en una calle de la ciudad de Iguala, escrito en una manta formada de hojas cuadriculadas de tamaño extragrande haciendo referencia a un mensaje que, a su vez, les había dirigido dicho narco a las familias a mediados de febrero:
«Señor Santiago Mazari Hernández. Nosotros los padres de familia leímos el mensaje en la manta. Le pedimos de favor ayúdenos a dar con el paradero de nuestros hijos, porque este mal gobierno no ha sido serio con nosotros. Al contrario, nos ha lastimado con sus mentiras. Nosotros somos gente pobre y han pisoteado nuestra dignidad. Háganos saber de alguna manera cómo puede ayudarnos. Estamos dispuestos a encontrarnos con usted si así lo desea».
Los familiares siguen pensando que los suyos no están muertos y han llegado al punto de desesperación de recurrir a vías no oficiales
Los familiares siguen pensando que los suyos no están muertos y pretenden explorar cualquier opción para hallarlos, explicó por teléfono Carmen Rodríguez, hermana de una de las víctimas, Christian Rodríguez, de 19 años: «La certeza que tienen los papás es que están vivos y no van a descansar. Están dispuestos a hacer lo que sea para que a los muchachos los regresen con vida».
Santiago Mazari es supuestamente un líder del cartel de Los Rojos. Los Rojos es un grupo criminal local que se disputa el poder en el territorio del Estado de Guerrero (donde se localiza Iguala) con otro cartel llamado Guerreros Unidos, al que el gobierno de México responsabiliza de la matanza de los estudiantes. En el cartel que Mazari, alias El Carrete, dirigió a los familiares de las víctimas, se leía que las autoridades quieren matarlo para que «no se conozca la verdad del caso» y que a él le gustaría hablar con los familiares «para quitarles la venda de los ojos».
El ‘caso Iguala’, ocurrido en la noche del 26 de septiembre de 2014, ha tenido un fuerte impacto mediático y social en México, y la investigación oficial, dirigida por la Procuraduría General de la República, la Fiscalía, ha sido cuestionada. En febrero, forenses que trabajan para las familias señalaron inconsistencias en la recolección e interpretación de las pruebas. En marzo, un comité de expertos internacionales dijo que no hay certezas definitivas tocante a lo ocurrido.
Fuentes: El País, ElLitoral.com
Foto: ElLitoral.com