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El Papa Francisco enfrenta ante el mundo el tema de la pedofilia cometida por sacerdotes católicos, aboga por los indigentes e indocumentados y prefiere el contacto con los niños y humildes que con los ricos y poderosos. Incluso se desplazó en un pequeño auto en vez de lujosa limusina

El papa Francisco anunció hoy domingo en Filadelfia haberse reunido con víctimas de actos pedófilos cometidos por sacerdotes, educadores y miembros de sus familias y dijo que «Dios llora» por estos hechos, en el último día de su gira por Estados Unidos.

«Dios llora. Los crímenes contra menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo. Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuenta», afirmó Francisco en una reunión con obispos estadounidenses por la mañana.

El sumo pontífice argentino recibió durante una media hora en el seminario San Carlos Borromeo a tres mujeres y dos hombres «víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero, educadores y miembros de sus familias», indicó un comunicado del Vaticano.

El comunicado dice: «Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, estoy muy agradecido por esta oportunidad de conocerles, estoy bendecido por su presencia. Gracias por venir aquí hoy.

Palabras no pueden expresar plenamente mi dolor por el abuso que han sufrido. Ustedes son preciosos hijos do Dios, que siempre deberían esperar nuestra protección, nuestra atención y nuestro amor. Estoy profundamente dolido porque su inocencia fue violada por aquellos en quien confiaban. En algunos casos, la confianza fue traicionada por miembros de su propia familia, en otros casos por miembros de la Iglesia, sacerdotes que tienen una responsabilidad sagrada para el cuidado de las almas. En todas las circunstancias, la traición fue una terrible violación de la dignidad humana.

Para aquellos que fueron abusados por un miembro del clero, lamento profundamente las veces en que ustedes o sus familias denunciaron abusos pero no fueron escuchados o creídos. Sepan que el Santo Padre les escucha y les cree. Lamento profundamente que algunos obispos no cumplieran con su responsabilidad de proteger a los menores. Es muy inquietante saber que en algunos casos incluso los obispos eran ellos mismos los abusadores. Me comprometo a seguir el camino de la verdad, dondequiera que nos pueda llevar. El clero y los obispos tendrán que rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores.

Estamos reunidos aquí en Filadelfia para celebrar el Don de Dios de la vida familiar. Dentro de nuestra familia de fe y de nuestras familias humanas, los pecados y crímenes de abuso sexual de menores ya no deben mantenerse en secreto y con vergüenza. Esperando la llegada del Año Jubilar de la Misericordia, su presencia aqui hoy, tan generosamente ofrecida a pesar de la ira y del dolor que han experimentado, revela el corazón misericordioso de Cristo. Sus historias de supervivencia, cada una única y convincente, son señales potentes de la esperanza que nos llega por la promesa de que el Señor estará con nosotros siempre.

Es bueno saber que han traído con ustedes familiares y amigos a este encuentro. Estoy muy agradecido por su apoyo compasivo y rezo para que muchas personas de la Iglesia respondan a la llamada de acompañar a los que han sufrido abusos. Que la puerta de la misericordia se abra por completo en nuestras diócesis, nuestras parroquias, nuestros hogares y nuestros corazones, para recibir a los que fueron abusados y buscar el camino del perdón confiando en el Señor. Les prometemos apoyarles en su proceso de sanación y en siempre estar vigilantes para proteger a los menores de hoy y de mañana.

Cuando los discípulos que caminaron con Jesús en el camino a Emaús reconocieron que Él era el mismo Señor Resucitado, le pidieron a Jesús que se quedara con ellos. Al igual que esos discípulos, humildemente les pido a ustedes y a todos los sobrevivientes de abusos que se queden con nosotros, con la Iglesia, y que juntos como peregrinos en el camino de fe, podarnos encontrar nuestro camino hacia el Padre».

Filadelfia, ciudad de la costa este a medio camino entre Washington y Nueva York, fue una de las más devastadas en Estados Unidos por este escándalo en los años 1980. Francisco había hablado de lo ocurrido durante este viaje, pero siempre de manera discreta. Su antecesor Benedicto XVI se había reunido con víctimas en Boston en 2008.

Misa en Filadelfia ante un millón y medio de personas

El sumo pontífice de 78 años tiene previsto despedirse de Estados Unidos con una misa en la que se esperan 1,5 millones de personas que servirá de clausura también al VIII Encuentro Mundial de las Familias católicas.

Francisco fue recibido de manera muy cálida y personal por el presidente Barack Obama en el aeropuerto y la Casa Blanca. Desde su llegada a Washington, que incluyó un sorprendente discurso el jueves ante las dos cámaras del Congreso, Francisco despertó una explosión de alegría, con multitudes que lo han seguido a cada lugar en que estuvo.

En sus actos públicos, el papa se mantuvo firme en sus principios de humildad y cercanía con los sectores más vulnerables, despertando la admiración de responsables de todos los colores políticos, la prensa y hasta los no católicos.

Desde desplazarse en un pequeño Fiat 500 rechazando utilizar vehículos grandes o lujosos, almorzar con indigentes en Washington o visitar a niños y familias inmigrantes en el barrio desfavorecido de Harlem en Nueva York, el mensaje ha sido el mismo.

En Nueva York, dejó un fuerte mensaje en la ONU contra la opresión financiera sobre el mundo en desarrollo y a favor de la lucha contra el cambio climático, en tanto efectuó un emotivo servicio interreligioso en el Memorial del 11 de Septiembre.

Voz de los inmigrantes

Para millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, Francisco se ha convertido en un vocero, defendiéndolos en cada instancia y pidiendo respeto por su dignidad e identidad: El sábado en Filadelfia los instó a que «no se desanimen» y «no se avergüencen nunca», en un discurso simbólico en el lugar de la declaración de la independencia de Estados Unidos en 1776.

Citando ejemplos históricos como Abraham Lincoln o Martin Luther King, ha pedido a los estadounidenses recordar los valores fundadores de su nación. Muchos inmigrantes latinoamericanos piensan que Francisco cambió la dirección del debate sobre reforma migratoria en Estados Unidos, uno de los ejes de la campaña presidencial para 2016.

En su discurso de Encuentro por la Libertad Religiosa con la Comunidad Hispana y Otros Migantes, el Papa dijo:

…»Entre nosotros hoy hay miembros de la gran población hispana de los Estados Unidos, así como representantes de inmigrantes recién llegados a los Estados Unidos. Gracias por abrir las puertas. Muchos de ustedes han emigrado –los saludo con mucho afecto-, y muchos de ustedes han emigrado a este País con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar. Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a esta nación. Por favor, no se avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana.

«Repito, no se avergüencen de aquello que es parte esencial de ustedes. También están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir –como lo hicieron con tanta fortaleza los que vinieron antes-, a contribuir provechosamente a la vida de las comunidades en que viven. Pienso, en particular, en la vibrante fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han heredado. Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro. No perder la memoria de lo que pasó aquí hace más de dos siglos. No perder la memoria de aquella Declaración que proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales, que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que los gobiernos existen para proteger y defender esos derechos»…

Fuente: Sitio Oficial de La Santa Sede/Ciudad Vaticano

Foto: w2.vatican.va