El director técnico de la selección, el alemán Jürgen Klinsmann, anunció el grupo de 23 jugadores que llevaría a Brasil para el Mundial y en la lista no aparecía por ningún lugar el nombre más emblemático: el de Landon Donovan, la gran estrella del fútbol local en la última década.

“Deseaba jugar en Brasil y, como se imaginarán, estoy muy decepcionado con la decisión de hoy”, fue la reacción del goleador ante la noticia.

Desde entonces, mucho se ha debatido sobre las posibles razones que llevaron a Klinsmann a dejarlo por fuera y cómo eso pudo haber impactado el desempeño de Team USA en el torneo, en el que fue eliminado por Bélgica en octavos de final tras una actuación heroica pero insuficiente del portero Tim Howard.

Sin embargo, lo que nadie discute es la calidad de un futbolista que a sus 32 años simboliza como pocos el ascenso del fútbol en Estados Unidos.

Landon Donovan, goleador histórico de la liga de su país y de su club, LA Galaxy, puede hablar con cifras y con récords: participó en tres mundiales, jugó 156 partidos con la selección y nadie ha anotado más tantos que él (57) ni ha realizado más asistencias (58).

Lea también: EE.UU. se deja seducir por el gran negocio del fútbol
Para honrar a la estrella, US Soccer -el ente rector del deporte en el país- anunció que Donovan participará por última vez con el equipo nacional cuando se enfrente a Ecuador en un amistoso en New Hartford, Connecticut, el próximo 10 de octubre.

“Es un legado increíble”, dijo el técnico del Galaxy, Bruce Arena, cuando Donovan anunció su retiro. “Tengo dificultades al pensar en otro jugador estadounidense que haya logrado tanto como Landon”.

Autor de un momento icónico

La relación entre Donovan y el técnico Jürgen Klinsmann no siempre fue la mejor.

Quizás sea una coincidencia, pero la fecha del partido contra Ecuador corresponde casi exactamente con otro momento clave en la historia de este deportista nacido en California y que habla español.

El 25 de octubre de 2000, Donovan jugó por primera vez con su país y comenzó a sentar las bases de lo que sería su carrera, cuando anotó en la victoria 2-0 contra México.

Dos años después, en el Mundial de Corea y Japón, Donovan marcó dos tantos -incluido uno contra México- ayudó a llevar a la selección hasta los cuartos de final y, en ese proceso, se convirtió en el mejor jugador joven del torneo, otra hazaña que no ha logrado ningún compatriota.

Luego vendrían dos mundiales más: la decepcionante campaña en Alemania 2006 y el mucho mejor desempeño en Sudáfrica, donde vivió un momento que ha sido calificado como uno de los más “icónicos” en la historia del fútbol estadounidense.

Faltaban pocos instantes para que se terminara el último partido de la fase de grupos en Pretoria, Sudáfrica, y todo parecía indicar que el duelo entre Estados Unidos y Argelia terminaría en un pálido empate. Estados Unidos estaba en riesgo de quedar eliminado.

Pero un contraataque fugaz en tiempo de reposición terminó en un rebote que Donovan envió a la red para darle no sólo los tres puntos a su equipo, sino sobre todo concretar un resultado histórico. Por primera vez desde 1930, los norteamericanos estaban clasificando a la siguiente ronda como primeros del grupo y además invictos.