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Una emboscada contra un convoy cargado de agentes de la fiscalía de Jalisco deja un saldo fatal de 15 muertos, en lo que parece el reemplazo del dominio de la plaza dejada vacante por el desmantelado cartel de Los Caballeros Templarios, por el cartel Jalisco Nueva Generación. Las autoridades dicen que pudiera ser venganza por la muerte de un capo

Quince (15) policías murieron ayer lunes en Jalisco (occidente de México) en una emboscada del crimen organizado contra un convoy policial, según confirmó la Fiscalía General de Jalisco, señalando que al parecer todo apunta a que se trata de una venganza por la muerte el 23 de marzo de un capo del Cartel Jalisco Nueva Generación.

El objeto del atentado fue un conjunto de unos diez vehículos de Fuerza Única, un órgano especial de seguridad creado en 2014 con miras a constituirse en el mando central de la lucha contra el crimen en Jalisco.

El enfrentamiento ocurrió sobre las tres de la tarde del lunes cerca del pueblo de Soyatán en la carretera comarcal Mascota-Las Palmas, entre dos lugares clave del Estado de Jalisco: Puerto Vallarta, su punto costero turístico de referencia, y Guadalajara, su capital y segunda ciudad más grande de México, situados a 300 kilómetros de distancia.

El convoy iba en dirección a Guadalajara. Los delincuentes habrían usado vehículos en llamas para cortar la carretera y emboscar a la policía, disparándole con fusiles de asalto y lanza granadas sin darles tiempo a reaccionar.

El Gobierno de Jalisco considera que el atentado también estaría relacionado con la investigación sobre el ataque del lunes pasado contra el Comisionado de Seguridad de Jalisco, Alejandro Solorio, también a balazos, y también cuando el funcionario se desplazaba en convoy oficial.

El vehículo del Comisionado estaba blindado y Solorio salió con vida. Cuatro personas han sido detenidas por este ataque.

El atentado contra Solorio y la emboscada fatal de este lunes son, según los indicios, parte de una cadena de represalias del crimen organizado por la muerte de Heriberto Acevedo Cárdenas alias ‘El Gringo’, líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, abatido junto a dos compinches el 23 de marzo en un tiroteo con agentes de la Fuerza Única, cuerpo que agrupa bajo su mando central a todas las policías municipales de Jalisco.

Ayer lunes, horas después de la emboscada, también fue asesinado a tiros Miguel Ángel Caicedo, jefe de policia del municipio de Zacoalco de Torres. Este es el municipio donde cayó Acevedo Cárdenas, el cabecilla del Cartel Jalisco Nueva Generación, un grupo de nuevo cuño que en los últimos años se ha hecho fuerte en el flanco oeste de la geografía del crimen mexicano.

Jalisco es uno de los cuatro Estados que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, señaló en noviembre como prioritarios en su estrategia de seguridad nacional. Desde marzo de 2013, más de 70 funcionarios han sido asesinados en Jalisco.

De esos cuatro Estados, uno de ellos está en el noreste de México, Tamaulipas, y los otros tres, Jalisco, Guerrero y Michoacán, son Estados del Pacífico mexicano. Guerrero linda con Michoacán y Michoacán linda con Jalisco. Si bien dentro de este trío Jalisco ha tenido más estabilidad que los otros dos (en Guerrero tuvo lugar la matanza de Iguala, en Michoacán el conflicto de las autodefensas), su actual cadena de violencia confirma a todo este conjunto regional como un reto apremiante para el gobierno de Peña Nieto.

Fuentes: El País, Procuraduría General de la República (PGR) de México

Foto: PGR