Luis Arritola Miniondas/FarándulaUSA
La cuña del mismo árbol
Jorge Barona ha cargado su cámara toda la vida. Fue fotógrafo de eventos sociales, industriales y comerciales, pertenece a una estirpe de fotógrafos por generaciones en toda su familia extendida de abuelos, tíos abuelos, padres, tíos y primos fotógrafos, que regresa en el tiempo al inicio de la fotografía en México en la época de la Revolución Mexicana, tiempos en que también hacía sus pininos en la gráfica de luz Agustín Casasola.
Jorge Barona pasó su vida entre tomas de sesiones fotográficas, siendo el fotógrafo asignado por default de las fiestas familiares y reuniones de amigos. Por allí quedan sus fotos, en álbumes familiares guardados en el ropero y en los baúles del recuerdo de los días ya idos de los años
sesenta y setenta en la colonia Portales en la ciudad de México, de los años ochenta y noventa en Iztapalapa y allá por el rumbo de Texcoco.
Eran los años de los rollos de 36 cuadros en asa 100, 200 y 400, de revelado en el cuarto oscuro de fotos en blanco y negro, de la
reproducción en laboratorio de las fotos a color, del uso de la ampliadora y la fotomecánica para la reproducción a tamaños familar y poster de imágenes posadas de boda y XV años, del bautizo, el sepelio y los cumpleaños.
Jorge Barona hijo, el único varón de los 7 hijos de Barona, también es fotógrafo de sociales, periodismo y de su propia obra artística, como su
padre y el resto de la genealogía, lo lleva en la sangre, es la herencia adquirida por linaje directo del padre. Jorge Barona junior se hizo
fotógrafo antes de tener en la mano una cámara, viendo al padre ejercer el oficio, mirándolo salir de casa al trabajo con la cámara colgada al
hombro.
Los dos Jorge Barona, padre e hijo, comparten el tiempo y el espacio ahora que viven en Santa Ana, California, por las calles Flower y Bishop, a donde llegaron en las postrimerías del siglo 20 e inicios de un nuevo milenio a seguirle los pasos a la vida; compartiendo espacio y tiempo, el vino y la sal, pero respetando el espacio propio de cada quien, donde conviven con sus respectivas parejas.
En el Día del Padre, Jorge Barona, padre e hijo, saben que los lazos que los unen se enredan como las raíces en la tierra y se elevan hacia el
cielo como las ramas de los árboles. Como padre e hijo son diferentes e idénticos al mismo tiempo, porque como dice el dicho «para que la cuña apriete debe ser del mismo palo».
A todos: ¡Feliz día del padre!
Fuente: Miniondas/FarándulaUSA
Foto: Archivo familiar Jorge Barona