El presidente Barack Obama y los senadores republicanos John McCain (Arizona) y Lindsey Graham (Carolina del Sur) se reunieron el martes para hablar de la reforma migratoria.
McCain y Graham integran el grupo bilartidista del Senado que r edacta una reforma migratoria que, de ser aprobada, incluiría una dura vía hacia la ciudadanía para miles de indocumentados.
El 28 de enero el grupo de los ocho, integrado además por los republicanos Marco Rubio (Florida) y Jeff Flake (Arizona), y los demócratas Charles Schumer (Nueva York), Dick Durbin (Illinois), Robert Menéndez (Nueva Jersey) y Michael Bennet (Colorado), entregaron los principios de un plan de reforma migratoria basado en cuatro ejes: seguridad fronteriza, camino a la ciudadanía, verificación de empleo e inmigración legal.
El encuentro entre Obama y McCain fue el primero desde un encuentro privado celebrado en 2009 tras la elección presidencial cuando el mandatario fue electo para un primer período.
El tema de inmigración fue importante, aunque discutieron una variedad de asuntos, agregó. Graham dijo que la reunión había sido una de las mejores que ha tenido con el presidente.
EL PLAN BIPARTIDISTA
El camino a la ciudadanía incluido en el plan del grupo de los ocho, que podría ser entregado al Comité Judicial del Senado la tercera semana de marzo, señala que antes de ser activado primero debe certificarse la seguridad en la frontera. Una vez cumplido este requisito, podrán calificar aquellos indocumentados que llevan tiempo en el país, pagan impuestos, cancelen una multa y carezcan de antece-dentes criminales.
Quiens pasen la verificación de antecedentes penales entrarán en un estado de no inmigrante que pudiera dilatar 10 años, al término de los cuales podrán pedir la residencia permanente que en la actualidad, en algunos casos, demora 23 años. Cinco años más tarde podrán pedir la ciudadanía.
Obama recomienda certificar desde ya la seguridad fronteriza y simultáneamente abrir el camino a la ciudadanía sin que el indocumentado entre en un estado de no inmigrante. El plan de la Casa Blanca recomienda una espera de ocho años para recibir la tarjeta verde o green card.
Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, dijo sobre la reunión de que “los republicnos quieren ver si el presidente está serio, que quieren una victoria y no un asunto politico. Y el presidente quiere ver si los republicnos pueden atraer el apoyo de sus colegas repu blicanos”.