La amistad en la tercera edad es un tema difícil, cuando llegamos  a la vejez miramos a nuestro entorno y mucha veces nos sentimos solos, ya que los hijos tomaron un nuevo camino, nuestro entorno es la soledad.

Ya no es tan fácil mantener una amistad, ya que se pierden los amigos del trabajo los amigos que por alguna circunstancia siempre estaban cerca, y nos cuesta quizás iniciar una relación de amistad, lo más hermoso que existe es tener cerca y disfrutar a esos amigos de la vida con los cuales pasamos muchos momentos agradables y felices.

Estar  en una reunión y ver a nuestro alrededor a un grupo de personas, y recordad que con ellas pasamos tantos lindos momentos, compartir anécdotas, y hasta recordad a esos amigos que ya partieron y hoy no pueden estar con nosotros.

Lo difícil es reunirse si recordamos muchos años antes era tan sencillo y hoy nos cuesta desde la forma de trasladarnos, dependiendo de una tercera persona,  y en muchos casos también la distancia nos separó de esta bella amistad, ya no tenemos la picardía la paciencia y hasta nos volvemos tímidos para iniciar una amistad que era tan sencilla en otras épocas.

La tecnología nos ayuda incluso a localizar a esas personas que durante años no sabíamos nada, nos permite comunicarnos con ellas y muchas veces con algún familiar que nos da la mala noticia de que ya no está entre nosotros, pasamos una vida dedicada a muchas cosas, enfocados en el trabajo la familia, y hasta cometimos el error de olvidarnos de muchas personas cercanas, y cuando nos damos cuenta daríamos lo que sea para volver a verlas, compartir al menos un momento, ya que la soledad lastima, duele y muchas veces nos enferma.

La amistad, que hermosa palabra, el amigo que persona especial, hay que agradecer a dios de tenerlos en nuestras vidas y más aún si llegamos con ellos a envejecer, muchas veces las reuniones ya no son tan divertidas como antes pero tenerlos cerca nos llena el alma de alegría y nos ayuda a seguir adelante,

LUCIA ELENA ALTAR

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