La lectura, un refugio para el alma

 

«No hay un amigo tan real como un libro»

Ernest Hemingway

Cuantas veces, en un momento de soledad, de inquietud, de felicidad, o simplemente de ocio, acudimos a nuestros amigos los libros para que nos hablen, nos aconsejen, nos orienten, o nos pongan de buen humor. Vamos a nuestro librero personal y buscamos minuciosamente el adecuado que nos va a reconfortar, o nos va a sacar una sonrisa. Recorremos los títulos, uno a uno. Pareciera que  algunos de ellos se avivaran ante nuestra mirada, y con un “guiño” nos dijeran, “llévame a mí”.

Ellos siempre están ahí esperando, en silencio. Ya en ese lugar especial en la sala de nuestra casa, o en las muchas veces solitarias y frías bibliotecas, o en los grandes y atractivos estantes de afamadas librerías (Bookstore). Algunos de estos volúmenes, con multicolores portadas y  letras brillantes, muestran muy bien qué es lo que se encierra en ellos. Otros, en cambio, son más discretos, no les importa reflejar en su “escaparate” la sabiduría que guardan en cada una de sus páginas. Pero igual que los primeros desean compartir con los lectores toda su riqueza que hay en ellos.

Y es así, precisamente que hoy en día, los franceses después de haber vivido una de las más terribles tragedias en su historia, con el sentimiento a flor de piel,  van recorriendo plaza tras plaza,  librería tras librería en busca de consuelo. ¿Cuál de entre esos millones de libros existentes en esa gran y bella metrópoli podría ser el adecuado para tranquilizar su alma y darle un respiro a su dolor en estos momentos de duelo?

Poesía, novela, cuento, ensayo, temas especializados. Hay una infinidad de títulos que serían los apropiados. Pero no, al parecer miles de personas, como si lo hubieran decidido por consenso, han escogido una sola obra en particular. Han preferido al escritor norteamericano Ernest Hemingway con su novela París era una Fiesta, provocando que se agotaran todas las ediciones existentes y se re editara otra más.

¿Pero qué es lo que los parisienses buscan en este tan deseado y ahora cotizado libro, cuyo título original es, A Moveable Feat? Probablemente para muchos no representará su primera lectura, no obstante, desean revivir esas sensaciones que les produjo la primera vez que recorrieron uno tras uno esos capítulos llenos de relatos y diálogos del joven periodista y escritor con sus personajes intelectuales de los años 20’s.

En cambio, los más jóvenes quizá, querrán escudriñar con ahínco, cómo era la Ciudad de la Luz en esos años por lo menos dentro de la imaginación de su autor. Esos sabores que producían las noches llenas de música y convivencia entre amigos que compartían su gusto por el arte en sus diferentes expresiones, o el amargo sabor de las rivalidades entre ellos, quienes exponían con pasión sus posturas ideológicas como si defendieran sus propias vidas o sus grandes amores.

¿Pero será ésto lo que busca cada uno de los lectores? ¿Encontrar las similitudes y diferencias entre París de ahora y la otra metrópoli de casi un siglo atrás? O simplemente desearían ser parte de los relatos de Hemingway y compartir con él una sabrosa charla en una tarde lluviosa en uno de esos tantos cafés que frecuentaba. Y mientras él pudiera estar concluyendo alguno de sus cuentos, él o ella (lectores) mirándolo a los ojos y con una amplia sonrisa poderle decir: “Si, Maestro, pese a todo, París sigue siendo una Fiesta”.