Columna Semanal «Pensamientos de un college student» por Melanie Danoviz

¿Cómo te transportas al trabajo o a la facultad1? ¿Vas en auto2, tren, colectivo3, o caminando? Porque yo… voy en todas esas opciones para solo llegar a la universidad.

Mi día empieza con levantarme dos horas antes de que empiece mi primera clase a la mañana. Con mi coche voy manejando a la estación de tren más cercana a mi casa y me quedo esperando usualmente por diez minutos hasta que llegue el tren. Ya sentada y cómoda adentro, espero alrededor de treinta minutos para llegar a mi destino. Enfilo4 a la parada de colectivos y espero por el mío que me deje al frente de la universidad. Una vez que llego, me voy caminando a mi clase con 45 minutos de tiempo libre para repasar notas, tomar algo, o leer un libro.

Esta rutina no es fácil y requiere mucha atención y planificación porque si no, te puede pasar algo similar a lo que me pasó a mí. ¿Qué pasó? Bueno, me tomé el tren equivocado cuando me estaba yendo a casa.

Después de esperar por una hora para que llegue mi tren que estaba atrasado, me subí al primero que vino sin darme cuenta que mi tren todavía seguía atrasado y que este era otro completamente diferente. Desesperada, esperé atentamente por la próxima parada así me podía tomar un tren de vuelta y llegar a tiempo para tomar el tren correcto. Pero no. Faltaba media hora para la parada más cercana de ese tren que me llevaría a la dirección opuesta.

Llena de ansiedad, empecé a investigar en mi celular cuál era el tren en que me metí y que conexión podría tomar para arreglar este gran problema. Mi mala suerte tuvo mucho éxito ese día porque me di cuenta que ya no habrían más trenes de regreso. No había forma de volver. Estaba atrapada en un lugar lejano y desconocido, completamente sola.

Gracias a la tecnología de hoy en día, me pude contactar con mis padres quienes me dijeron que me podía tomar un Uber para regresar a la estación de tren donde esperaba mi auto. Me calmé y aprendí mi lección bien claro ese día.

Tal vez te preguntarás “¿si tiene coche, porque no conduce hasta la universidad directamente?” Como verás, mi vida conmutando tiene sus dificultades, pero aunque no lo creas, tiene muchas más ventajas.

Primero, yendo a una facultad con la mayoría de sus estudiantes que conmutan a la universidad en vez de vivir en ella básicamente significa cero lugares libres de estacionamiento. Prefiero conservar mi energía para enfocarme en mis materias que buscar exhaustivamente espacios libres en edificios de parking llenos. Segundo, el tráfico a la mañana es tan terrible que igual me tendría que levantar dos horas antes. Lo bueno de estar sentada en un tren o colectivo es que puedo hacer otras cosas que no sean manejar, como por ejemplo, estudiar, chatear, o descansar unos minutos más.

Yo sé que a veces es estresante cuando los medios de transporte públicos se quedan atrasados o no dan servicios a las horas que son más cómodas para uno mismo. Pero si le encuentras el lado positivo verás que al fin y al cabo, se siente mucho mejor levantarse más temprano y adelantarse en algunas tareas que estresarse con el tráfico, manejar con personas apuradas y peligrosas, y después no encontrar parking.

Tomar el tren equivocado por suerte no ocurre todos los días, pero puede resultar en personas más atentas y despiertas que es lo que más se necesita.

(Así decimos en Argentina…)
1  La universidad también se le llama facultad.
2 Usamos auto y coche en vez de carro.
3 Colectivo se refiere a bus o autobús.
4 Enfilo es como decir dirigirse a un lugar determinado.

Mi Odisea Diaria a la Universidad
Melanie Danoviz

Foto Crédito: Melanie Danoviz