Por Becky Krinsky

Los sentimientos son personales y las decisiones sobre cómo manejarlos son propias; por lo tanto, estar enojado, frustrado o triste no te da derecho a desahogarse o maltratar a otros.

Se vale estar enojado, cada uno tiene el derecho de sentirse molesto o agobiado, no hay problema cuando uno está irritado. Todo se vale, sin embargo porque yo estoy preocupado, nervioso, molesto etc.. tengo el derecho de haberte mal o tratar despectivamente.

Mis sentimientos son míos, y mi forma de reaccionar no debe de ser una excusa para aprovecharme y desquitarme con nadie. Más aún, nadie tiene que hacerse cómplice o víctima de los sentimientos o los problemas ajenos.

CADA QUIEN ES Y DEBE SER RESPONSABLE POR SUS ACCIONES Y SU FORMA DE REACCIONAR.

Enfrentar el desafío de no engancharse con el maltrato, los gritos o las humillaciones de otros puede parecer abrumador pero  es un acto necesario para mantener la salud mental y la paz emocional.

 Es importante estar consciente y poder identificar la forma de sentir propia y tener la fortaleza para poder separar las conductas de los demás para que uno no se convierta en un blanco donde otros depositen sus frustraciones, su dolor o su malestar.

Cada persona posee su mundo interno, un territorio privado al cual nadie tiene acceso, esta esfera personal es un oasis que debe de estar nutrido por autocontrol y amor propio que no debería ser afectado o determinado por lo que otros dicen o nos quieren hacer sentir.

Cada individuo posee el derecho absoluto de experimentar, expresar y vivir sus emociones; sin embargo, los sentimientos propios no dan derecho de exponer o reaccionar de manera descontrolada, agresiva o creer que se tiene el poder de herir a otros.

ASUMIR LA RESPONSABILIDAD POR LOS PENSAMIENTOS Y EMOCIONES PROPIAS OTORGA PODER.

Tener la valentía de establecer límites y reconocer que las palabras ajenas no son juicios ni dictámenes sobre la valía personal es la mejor forma de nutrir el respeto, la salud mental y permite establecer límites para proteger la vulnerabilidad y sensibilidad propia así, las relaciones fluyan y la comunicación se vuelve más clara y sana.

¿CÓMO SE PUEDE ADQUIRIR UNA MEJOR INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA NO SER VÍCTIMA DEL MALTRATO?

 Lo más valioso que cada persona tiene es su forma de pensar y de sentir, no hay razón para regalarla o ponerla en tela de juego por culpa del temperamento desbordado de los demás.

LA RECETA

¿Puedes respetar el temperamento de otros sin que te sientas lastimado?

Límites ante el maltrato

¿Puedes respetar el temperamento de otros sin que te sientas lastimado?

INGREDIENTES:

  • Valentía – fortaleza para no convertirse en víctima o dejar que otros se roben la paz mental.
  • Límites- establecer claramente lo que uno no va a permitir y aprender a cuidar su persona.
  • Amor propio – saber que uno se tiene que cuidar, valorar y respetar para que otros lo hagan.
  • Empatía – entender sin juzgar al otro desde su perspectiva y su situación.
  • Control personal- poder para resistir, reaccionar sin reflexionar o tomar responsabilidad propia.

AFIRMACIÓN PERSONAL PARA NO REACCIONAR ANTE EL TEMPERAMENTO AJENO.

Puedo enfrentar el maltrato con dignidad, firmeza y autocontrol. Mi valía no depende de las palabras ajenas. Digo “no” a las voces elevadas, me separo del sarcasmo y de los juicios hirientes. Reconozco que las emociones de otros no definen mi ser. Mi poder reside en mantener la calma y proteger mi tranquilidad. Soy dueño de mi reacción y no permito que la negatividad ajena me afecte.

CÓMO CULTIVAR EL AUTOCONTROL Y PONER LÍMITES PARA PROTEGERSE DEL MALTRATO.

Es importante recordar diariamente que uno  no es responsable de las emociones de otros.

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