Puro calzado fino de León, Guanajuato, traído a Santa Ana

Zapatería Aranda, tradición de un cuarto de siglo

En la pared principal de la Zapatería Aranda cuelga la fotografía en color sepia del padre de Pedro Aranda Briseño, en la que aparece trabajando su oficio de zapatero en su taller de fabricación de calzado de piel en su natal León, Guanajuato, “la capital del calzado”, dice don Pedro, quien tras un cuarto de siglo de dedicarse a la venta de calzado fino de piel, está decidido a vender el negocio para dedicar más tiempo a estar junto con su esposa.

“Es una decisión dura, porque yo aunque voy a cumplir 74 años me cuesta trabajo una decisión así, si se vende es señal de que ya es tiempo”, dice el señor Aranda quien por un cuarto de siglo se ha dedicado en la ciudad de Santa Ana a la venta de calzado proveniente de su terruño.

Don Pedro llegó a la ciudad de Santa Ana en 1975, cuando Orange County tenía aspecto rural, dedicándose a otro oficio al que le ha dedicado también su vida: la tapicería. “Empecé trabajando precisamente en este lugar como tapicero”, dice del edificio en venta donde actualmente se encuentra su zapatería, que originalmente “ha sido tapicería”.

“Aquí era una tapicería en 1975 cuando llego a este país, trabaje con un señor de Chihuahua que me dio empleo, me pagó el coyote, trabajé con él un año, y no faltaron los amigos que me dijeron “porque no pones tu tapicería por tu cuenta” y así empecé el negocio que ya tiene 39 años”. Pero desde 1990 compaginó el negocio de la tapicería con la zapatería, “me especialicé en muebles antiguos finos estilo Luis XV, luego la venta de calzado, es lo que he hecho en mi vida”.

Zapatería Aranda en venta
Don Pedro ahora quiere vender el edificio en el que se encuentra la zapatería, y el negocio mismo con todo el inventario. “Pienso que hemos trabajado ya mi esposa y yo, y es tiempo de ir bajando el ritmo, trabajando pero más calmado, pues las enfermedades empiezan a llegar”, añade, pues “mi esposa es sobreviviente de cáncer”.

El negocio que vende con todo el inventario, junto con las licencias y permisos, “es para quien quiera un negocio establecido con clientela y años en el mercado, que le guste el negocio del calzado”.

La zapatería Aranda es una tradición comercial que cumple ya un cuarto de siglo, pues por diez años Don Pedro y su esposa fueron los fines de semana al swap meet de Costa Mesa a vender calzado fino de piel.

Eventualmente, Aranda abrió hace 15 años el establecimiento ahora en venta que se encuentra sobre la calle Main casi esquina con Edinger, y que cuenta con un importante inventario que cubre todas las paredes y llena sus bodegas, “aquí hay bastante inversión, todos los estantes están llenos, con calzado de todo, esta surtida, aparte vendemos vestidos para baile folclórico, rebozos, hay de todo”.

Además del inventario vienen los permisos, las licencias con la ciudad y el estado de California, lo que se requiere por ley para mantener el negocio andando, y clientela establecida. Para don Pedro Aranda, la zapatería que quiere dejar ahora en buenas manos de un empresario con amor a la tradición, es también una herencia para la ciudad de Santa Ana que regresa a León Guanajuato al tiempo en que creció ayudando a su padre: “Yo nací en el calzado porque mi padre toda su vida fue zapatero”.