Se supone que somos una familia muy normal. No somos extravagantes, no somos muy ruidosos, en general nos llevamos bien, si hay algún problema lo vemos y tratamos de alguna forma juntos. Bueno, no somos una familia perfecta pero tampoco nos caracterizamos por ser problemáticos, peleoneros o desunidos. ¿Qué es lo que me preocupa entonces?
Hay tía Lechis, los abuelos. No se que en que punto nos olvidamos de ellos. No me había dado de cuenta de lo que estábamos haciendo hasta que me percate que mis hijos tenían meses sin hablar con ellos. Ni siquiera les preocupa, ni se inmutan. Como no están cerca no están acostumbrados a verlos, eso lo entiendo pero por lo menos una llamadita. Cuando eran pequeños, mi esposo y yo les insistíamos en que les hablaran, al principio lo hacían pero conforme fue pasando el tiempo sino les insistíamos no lo hacían y ahora que ya crecieron prácticamente se han olvidado de ellos. Eso me entristece demasiado. He vivido engañada, no todo está bien en la familia como creíamos.
¡Queridos sobrinos que gusto saludarnos una vez más! Aquí vamos. Hoy en día con frecuencia dejamos a los abuelos de lado. Si laboralmente a cierta edad quedan relegados y luego las familias les hacemos lo mismo ¿A dónde esperamos llegar? No nos ponemos a pensar que esto de forma gradual nos lleva a la desintegración como sociedad porque destruye el núcleo que es la familia. Quizá ahora mismo eso no nos dice nada, pero cada vez más hay gente que se va quedando sola y los seres humanos no venimos a este mundo a estar solos, no funcionamos igual. Nuestros abuelos son nuestro origen, sin ellos no estaríamos nosotros aquí.
Necesitamos volver a darles su lugar, crear conciencia y darnos la oportunidad de convivir con ellos o por lo menos prestarles atención escuchándolos. Martha hay algo que como papás con frecuencia pasamos por alto, mientras nuestros hijos vivan con nosotros ellos tienen que seguir nuestros lineamientos y no les tienes que pedir permiso para enseñarles principios y cosas positivas para su formación, así que a recuperar el respeto, el amor y el reconocimiento a sus abuelos.
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